Día 127
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
Nehmad, Grace: Pérdida deseada. México,
Resistencia, 1998.
Nehmad, Grace: Pérdida deseada. México,
Resistencia, 1998.
En inicio y fin de
este libro creo serán cercanos, porque al ser un libro pequeño y de fácil
narrativa, me permite tener una lectura fluida. Esta lectura nadie me la
recomendó; compré el libro en una feria del Zócalo capitalino del Distrito
Federal, ya hace algunos años y ayer lo volví a encontrar al lado de otros en
espera.
Lo que hasta el
momento me llamó la atención, de la primera historia El desierto, es esta
aferración que tenemos ante lo cotidiano, lo cultural. Los seres humanos no
acostumbramos a cambiar de forma, ritmo y contenido cada cinco minutos en
nuestras vidas:
“ Este hombre, arrugado por los años
que cargaba encima, se aferraba a las raíces de sus ancestros como ningún otro
miembro de la tribu.[…] (p. 18)
Esta negativa a los
cambios, vienen en primera instancia, y mayormente, de los más adultos en la sociedad,
porque los que hacen las críticas y modificaciones a las costumbres son los más
jóvenes, aquello que se resisten a lo ya establecido.
¿Quién no ha oído o visto
pequeñas o grandes discusiones de padres con hijos, o nietos con abuelos, sobre
todo lo dado de antemano? Todos seguramente. Somos seres de costumbres largas y
no de cambios constantes. Así que si algo nos caracteriza es esto. Si eres joven,
seguramente pensarás que esto no te pasará a ti, pero créeme que al decirlo,
sin darte cuenta, estas dentro de las costumbres juveniles.[1]
[1] La
ilustración mostrada fue tomada de http://desarrollodelciclovital-b313.blogspot.mx/2011/01/tema-9-el-desarrollo-psicologico.html
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