Día 352
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
La obscuridad de la
noche hace que se despierten nuestros más bajos instintos hasta nuestros peores
temores. Seguramente te ha pasado que en las noches es cuando los dolores se
hacen más intensos, la soledad se agudiza y el erotismo se despierte. No es que
sean exclusivos de este horario dichos despertares, pero sí suelen agudizarse,
por extrañas y no tanto, que sean.
“[…]
es una fantasía, nada más que una loca fantasía, una pesadilla nocturna nacida
del miedo y de la angustia, mañana todas las cosas volverán a su lugar, no será
necesario que cante un gallo para expulsar los malos sueños, bastará con que
suele el despertador, […]” (p.217)
Si piensas que la
noche es peor momento de todos, también podrás saber que no es verdad, porque
hay momentos en donde se disfruta mucho. Por ejemplo, si está uno muy cansado,
no es lo mismo dormir de noches que de día, ¿verdad? Es más, ni las mismas
pesadillas serían lo mismo de día que de noche. Por esto creo que así como la
noche puede llegar a ser tenebrosa, también es el mejor momento para relajarse
y disfrutar de ella. [1]
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