viernes, 26 de abril de 2013

Hijo, no eres una propiedad


Día 365+44
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Piera, Gustavo: La travesía. 18 claves para llegar a buen puerto. Barcelona, Alienta Editorial, 2006.


Que gran mentira esa frase, que he escuchado a algunos padres respecto a sus hijos, de que “son míos y si quiero me los como” haciendo alusión a que pueden hacer lo que quiere y cuando quieren con ellos. Por ejemplo si se les ve que les pegan, estando en la calle, y alguien les dice algo, este tipo de padres suele soltar dicha burrada, como si los pequeños fueran un producto, una cosa más que les pertenecen.



“[…] Si pensamos que somos sus dueños, entonces, creemos equivocadamente que  tenemos derecho a disponer de sus vidas a nuestro antojo.[…]” (p. 159)




Es un grave error creer que somos “dueños” de una vida, sólo somos guías; no por el hecho de tener que mantenerlos y educarlos los vuelve un auto, una cosa o cualquier otro producto que podamos disponer de ellos a nuestro antojo.


Indudablemente, de eso estoy segura, en algún momento mi hijo hará su vida, decidirá sobre su futuro y sus decisiones no serán mías, sino de él. El creer que él me pertenece, no sólo me llevará al quererlo dominar, sino a la infelicidad total. No creo que esto me llevará, a la larga, a tener una buena relación con él, sino todo lo contrario. Esto no lo deseo para mí, ni para nadie que quiera ser feliz. ¿Tú qué opinas? [1]






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