jueves, 29 de marzo de 2012

Dependencia.


 
Día 16
 
Lectura: Murakami, Haruki: Tokio Blues (Norwegian Wood). (Trad. Lourdes Porta) 
México, Tusquets Editores (3a edición), 2011.

Ayer hablaba de los recuerdos. Ahora sólo un poquito sobre amor. Al estar enamorados, sentimos una gran necesidad de estar todo el tiempo con el otro. Ser uno. Inseparables. Pero:

“Eso de que alguien proteja eternamente a alguien… es imposible.[…]” (p.15
)
Esta nota es sobre un recuerdo que tiene Watanabe sobre un amor juvenil. Me hace preguntarme, preguntarles: ¿Amar es protección? ¿Protección a qué? ¿Es depender del otro? ¿O como su nombre bien lo dice, eso es ser dependiente? Porque el estar cada minuto, cada segundo junto al otro no acrescenta el amor. Al contrario. Por esto cuando Naoko, la novia, lo dice, me hace pensar que es una persona que desea la protección que ella no se puede dar, protección ante un secretos que ignoro como lectora.

Ya lo decía hace unos días, todos tenemos secretos, pero cuando no los queremos afrontar, es más fácil querer o pensar que otros serían la solución, como si pudiéramos pasar nuestros pesare. Desear que alguien te protegiera eternamente más que imposible debería ser indeseable, porque lo único a lo que estaríamos huyendo es a nosotros mismos.


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