Día 18
Lectura: Murakami,
Haruki: Tokio Blues (Norwegian Wood). (Trad. Lourdes Porta)
México, Tusquets Editores (3a edición), 2011.
México, Tusquets Editores (3a edición), 2011.
Mi
primer encuentro con la muerte fue como a mis siete años. Nadie había muerto cercano
a mí, pero no sé dónde vi u oí el tema y me preguntaba ¿Qué se sentirá morir? ¿Y
si me muero? ¿Qué es la muerte? Recuerdo que no podía dejar de angustiarme a
esa corta edad. Lloraba y no quería más que estar abrazada de mi mamá. Es un
recuerdo desgarrador y duro. Era el miedo extremo a lo desconocido. Años después
murió mi abuelito, pero yo me imagino que al ser una persona ya grande -98
años- no fue algo que me perturbara tanto como la muerte de un gran amigo a mis
23 años.
Watanabe
me recordó lo que viví y sentí: “[…] fui incapaz de hallar mi propio espacio en
el mundo que me rodeaba. […]” (p. 38) la muerte desubica. Estar enfrente de
ella, y más ante alguien casi de tu misma edad, te sacude como un temblor y se sientes
un gran vació en el “corazón”. Sé que lo has sentido.
Antes de tenerla tan cerca se siente como algo
lejano, imposible de ocurrir, casi como un mito. “<<La muerte no existe
en contraposición a la vida sino como parte de ella>>.” (p. 39) ¿qué
significa esto? La muerte no es algo ajeno. Si miramos a nuestro alrededor está
siempre presente. No sólo mueren las personas, también los sentimientos, las
cosas, los momentos. Ahora estoy escribiendo en esta computadora, pero en un instante
este suceso muere, se acaba. Nosotros mismo lo podemos sentir, las cosas viven
y mueren constantemente. ¿Cómo vivir a su lado? Porque pensar en la muerte
puede ser paralizante. Yo creo que si nos damos cuenta que la muerte es parte
de la vida, como lo dice Watanabe, y no algo opuesto, podremos tomarlo como
algo normal, aunque normal no quiera decir fácil. Y tú ¿cómo vives con la
muerte?
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