Día 74
Lectura:
Flores Olea, Víctor: Tres historias de mujer. México, FCE, 1998.
Esto
de los juegos de roles que nos “toca” vivir en la sociedad es como un yugo que
nos limita y señala cuando no los respetamos, y en el caso de las mujeres es
más marcado que en el de los hombres. Si pensamos en lo que significa “ser
mujer” podremos darnos cuenta de ello. Por ejemplo las mujeres deben ser:
coquetas, bonitas, lampiñas, con bonito aroma, discretas, comprensivas,
dóciles, etc.
“[…]
La condición femenina, cuando se desvía del esbozo tradicional, es repudiada
furiosamente por el cerco vecino. […]” (p.243)
Así
es, si nos salimos de alguno de los parámetros de lo que es ser mujer, la
sociedad nos aparta, nos marca como raras, despreciables, sin valor. Este es el
caso de uno de los personajes de esta lectura, Lucía que es una chica
promiscua, y esto la hace verse, ante la sociedad, como una mujer de muy poco
valor, aunque yo lo veo como una forma de poder para ella. Pero siguiendo este
razonamiento, en el caso de la promiscuidad, en un hombre es sinónimo de
hombría y en las mujeres de ligereza.
Por
suerte los tiempos van cambiando, y muchos los hombres y las mujeres en este
siglo XXI ya no vemos la vida tan rígida. La apretura social, y en especial en
cuestión de los roles sociales, cada vez es más racional y meno impositora. Por
eso lo digo y repito: yo sí agradezco ser mexicana de este siglo. ¿Y tú?
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