Día 175
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Brown, Dan: El Código Da Vinci. Barcelona, Ediciones Urano (Books4pocket), Trad. Juanjo Estrella, 2003.
Brown, Dan: El Código Da Vinci. Barcelona, Ediciones Urano (Books4pocket), Trad. Juanjo Estrella, 2003.

“[…] Como tributo a la magia
de Venus, los griegos tomaron como medida su ciclo de ocho años para organizar
sus o
Olimpiadas. En la actualidad
son pocos los que saben el hecho de organizar los juegos Olímpicos cada cuatro
años sigue debiéndose a los medios ciclos de Venus. Y menos aún los que conocen
que el pentáculo estuvo a punto de convertirse en el emblema oficial olímpico,
pero que modificó en el último momento –las cinco puntas pasaron a ser cinco aros
formando intersecciones para reflejar mejor el espíritu de unión y armonía del
evento.”(p.61)
Así que este símbolo bien podría haber
sido parte de nuestras competencias olímpicas. No puedo imaginar anunciados
estos juegos con el pentagrama, pero esto ha de ser porque se tiene muy
identificada, relacionadas, con Satanás. Aunque este símbolo es mucho más
representativo de lo que imaginaba, está impregnado de una connotación mayormente
negativa para mucha gente que desconocemos sus significados y sólo nos guiamos
por lo que vemos.
Esto, lo que nos muestra, es cómo los
símbolos pueden cambiar de significados según el entorno, y que lo que ahora
nos parece, o designamos, con significados negativos, el día de mañana pueden
ser positivos y a la inversa, en pocas palabras que no son fijos.[1]
[1]
La imagen mostrada fue tomada
de http://thebiggirlsnevercry.blogspot.mx/2012/08/fin-de-las-olimpiadas.html
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