Día 311
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
He escuchado, y
seguramente tu también, a un buen número de personas que dicen que es hora de
portarse bien, de sentar cabeza; esto significa que ya no tendrán múltiples
infidelidades ni excesos en su vida, como por ejemplo tomar, parrandear o hasta
drogarse. Es como si se pensara que de
forma automática el matrimonio fuera la solución para cambiar súbitamente de
forma de ser, cosa que no es verdad.
“-Tengamos
un hijo. Llevamos un año de casados.
-Ten
paciencia, mi ángel. Fui al médico y me dijo que no tengo ningún problema. ¿Por
qué no te haces tú un control?.”(p.180)
Por desgracia, este
tipo de pensamientos nos hacen tomar decisiones basadas en lo que nos han dicho
que debe de hacer: casándose. Se piensa que estando en pareja, diariamente, se
despierta algo así como un instinto de querer estar en una familia completa,
con pareja, hij@ y una mascota (Que de preferencia debe ser perro)
Tener hijos no es un
producto más sobre la lista de compras, sino seres humanos que más que cosas,
son personas que necesitan toda la atención y educación de los padres, y no un
medio de maduración. Así que casarse por tener hijos es algo delicado, pero más
delicado el hacerlo sólo por ello.[1]
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