Día 324
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.
Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.
La existencia de todo
lo que hay está marcada de forma lineal: pasado, presente y futuro. Si trasladados
esto a los seres humanos, claro está, lo podemos traducir a nacer, crecer y
morir. Cualquier alteración a esta línea del tiempo es lógicamente imposible
porque no podemos morir, reducir y nacer.
“Recordé
entonces una conferencia de mi amigo el profesor Edellman en la que, de pasada,
se había eco de esa antigua superstición del tiempo inverso: personas que viven
primero su futuro y luego su pasado. Una especie de error en la conjugación de
los tiempo verbales, pero aplicado a la existencia humana.” (p.69)
Viene a mi mente, en
este momento, la película que hace algunos años vi que lleva por título El curioso casi de Benjamin Button
(2008)[1],
protagonizada por Brad Pitt, donde el personaje principal tiene un extraño
padecimiento que nace siendo viejo y envejece siendo niño.
Pero el caso que se
presenta, en mi actual libro, es diferente porque aunque Benjamin nace siendo
viejo sigue la línea del tiempo, que antes mencionaba, y en el caso de la cita
primero tenemos que pensar, hipotéticamente, en una vida con un destino ya
marcado donde sabemos lo que pasará y entonces se vive primero el futuro para
llegar al pasado.
Es curiosa cómo es
que podemos jugar con la noción del tiempo en el cine y la literatura aunque por
desgracia en la vida real, mientras no se posible una máquina del tiempo que
nos lleva al pasado y el futuro remoto, no lo podemos hacer.[2]
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