domingo, 24 de noviembre de 2013

El posible origen de los celos

Día 365+257
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





Uno de los sentimiento que muchas parejas experimentas es el de los celos. Tanto hombres como mujeres pueden llegar a sentir inseguridad ante sus parejas pero ¿por qué? De entrada puede haber dos motivo detonantes que sí haya infidelidad o que no haya infidelidad. Retomaré la cita de la anterior entrada titulada ¿Por qué las mujeres llegan a ser infieles?[1] Para explicar otro posible motivo por el que los celos se hagan presentes en una relación, en especial en una en donde el machismo se impone.



“[…] únicamente a través del adulterio y la mentira puede demostrar que no es la cosas de nadie y desmentir las pretensiones del varón. Por eso están tan prontos a despertarse los celos del hombre;[…] También por esa razón los celos pueden ser insaciables; ya se ha dicho que la posesión jamás puede ser positivamente realizada (p.193)




Si partimos de que algunas mujeres llegan a ser infieles para sentir un poco de autonomía, es de imaginarnos que los hombres crean que ellas, aunque su mujer no lo sea, tenga ese poder, porque por más que lo intente él nunca podrá posee en su totalidad a la mujer, no llegará a ser nunca SU mujer, y lo mismo para al revés. Así que no es de extrañarnos que cuando siente esta imposibilidad de total incapacidad para apropiarse del Otro, empieza a darse cuenta que puede hacer lo que él hace: ser infiel.


Entonces, el tercer tipo de celos es por la posibilidad de que le sea infiel. Son nacidos sólo de la creencia, la suposición y no por los hechos. Como diríamos coloquialmente, siente pasos en la azotea al darse cuenta que el Otro también es persona y puede hacer valer su autonomía, y creo que estos celos nacidos de la imaginación es el peor de todos. [2]

















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