Día 365+261
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
¿Qué
nos define como mujeres? ¿Es lo mismo ser hembra a ser mujer? Todo ser humano, no importa si somos hombre o
mujeres, somos parte de una especie. La naturaleza nos dota de sexos diferentes, uno pene y el otro
vagina, que son necesario para la creación de un nuevo ser. Esta característica
no es exclusiva de nuestra especie, en las otras también: perros, gatos,
ballenas, etc. Pero ¿por qué muchos de nuestra especie, por ejemplo, cuando
saben que su bebé será hembra o macho lo etiquetan de inmediato con el color
rosa, para el primero, y el azul para el segundo? ¿Quién define que tiene que
ser así y no de otra manera? Así como este ejemplo seguramente se te vendrá a
la mente muchas más: las mujeres se sientan con las piernas cerradas, las
mujeres deben tener cabelleras largas, las mujeres usan faldas, las mujeres
hablan bajo, las mujeres usan aretes, etc.
“No se nace
mujer; se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico o económico define
la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el
conjunto de la civilización el que elabora ese producto intermedio entre el
macho y el castrado al que se califica de femenino.[…]” (p.207)
La
anterior cita es poderosa porque nos dice una verdad que nos han hecho creer
que es una mentira: NO SE NACE MUJER; SE LLEGA A SERLO. ¿Qué quiere decir?
Nacemos hembras, con una vagina, pero todas aquellas cosas que nos dicen que
tenemos que hacer para ser Mujeres es algo extra, algo que se cocina en la sociedad,
en las familias, en la civilización a la que pertenecemos. Por ello en algunos
lugares las mujeres deben estar tapadas hasta los talones y en otras puede usar
minifalda a su antojo ¿cuál de las dos no es mujeres? Aquella que no cumple con
lo establecido por los Otros, por su sociedad, porque no hay lugar donde la
naturaleza nos diga indique cosas así. Así que somos mujeres mexicanas si somos
sumisas, si obedecemos al marido, si no trabajamos, si somos abnegadas, o por
lo menos mujeres antiguas. Así que en el actuar diario, en la repetición de
todas estas conductas que se imponen es como se llega a ser mujer, mujer de la
calle, mujer de la burguesía, mujer de buenas o malas costumbres; pero al fin y
al cabo, en estos término, el ser Mujer es algo arbitrario.
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