sábado, 16 de junio de 2012

Vive ¿vive rápido?


 Día 95                              

Lectura: Fuentes, Carlos: Las buenas conciencias. México,
Planeta DeAngostini (Colección Carlos Fuentes), 2002.

Estamos en la época de la rapidez: comida rápida, lectura rápida, bodas rápidas… todo. Ya no importa qué tanto se disfrute o signifique, ni lo que dure, si no que quite el menos tiempo posible. Estamos atrapados en una esfera en donde no importando de que se trata, vamos a un ritmo acelerado, y el que para se queda en el camino, o eso es lo que se cree.

 “ […] el mundo que nace pronto, vive pronto, muere pronto. […]” (p.80)

Si pensamos en lo que llamamos ser precoz, seguramente se te vendrá a la mente de inmediato, una persona que empieza a tener  a edad muy temprana relaciones sexo genitales. Pero yo creo que se puede aplicar a otras cosas también, por ejemplo, cuando un niño a muy corta edad, ya está involucrado o hablando como los adultos de temas, o problemas, que seguramente ni entiende. O que la visten como si fuera adulta.

Pero lo que rápido empieza, rápido termina. Si lo pensamos de este forma suena lógico, porque ese en el ritmo en el que va. Y si lo aplicamos al revés ¿también aplica? ¿Lo que tarde de hacerse, tarda también en morir? ¿Crees que algo puede no ser así? ¿Qué el ser precoz, en lo que sea, no lleva a que rápido también acabe? Yo ahora apuesto por lo lento, porque antes, en mi edad de adolescente eral al revés.







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