Día 96
Lectura:
Fuentes, Carlos: Las buenas conciencias.
México,
Planeta DeAngostini (Colección Carlos Fuentes), 2002.
Planeta DeAngostini (Colección Carlos Fuentes), 2002.
Pienso
en todos aquellas personas que no tienen las mismas posibilidades que yo, que
no pudieron estudiar, que tuvieron que hacerse cargo de su familia por ciertas
circunstancias, que son campesino y no tiene oportunidades de desarrollarse más
porque el trabajo es de sol a sol y es agotador. De todos aquellos que de
verdad la viven mal y logran sacar fuerza para afrontar lo que siente y viven:
“[…] Ése es el problema. Que no está uno solo.
Y luego, cuando te le enfrentas al cacique y le exiges que los demás hombres
que trabajan contigo en la mina puedan asociarse, y hasta logar unir a los
hombres y sacarlos de las ratoneras en una manifestación, pues ya como que no
eres tú, sino los demás. Te importa madres la familia de la mina, y decides
jugártela toda. […]” (p.90)
Me
impresionó al leer estar parte del libro, porque ¿cómo llegar a este punto, en
donde uno ya no solo importas, sino también los demás? Donde la miseria, en
este caso, hace despertar la valentía, el ímpetu de uno, o unos, para el
despertar de los demás.
Ezequiel,
así se llama el minero que dice las palabras que antes cito, es uno de esos
seres humanos, que al sentir una obligación que va más allá de él, sino
con sus compañeros, hermanos, compadres,
amigos, ante la vida y el deseo de hacer algo para que sea mejores, dejan todo
por la lucha social. Imagino que muchas personas tenían este sentimiento en la
época de la Revolución. ¿Nosotros como nos comportamos como sociedad, como
individuos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario