domingo, 17 de junio de 2012

El ejemplo de Ezequiel


Día 96                              

Lectura: Fuentes, Carlos: Las buenas conciencias. México,
Planeta DeAngostini (Colección Carlos Fuentes), 2002.

Pienso en todos aquellas personas que no tienen las mismas posibilidades que yo, que no pudieron estudiar, que tuvieron que hacerse cargo de su familia por ciertas circunstancias, que son campesino y no tiene oportunidades de desarrollarse más porque el trabajo es de sol a sol y es agotador. De todos aquellos que de verdad la viven mal y logran sacar fuerza para afrontar lo que siente y viven:

 “[…] Ése es el problema. Que no está uno solo. Y luego, cuando te le enfrentas al cacique y le exiges que los demás hombres que trabajan contigo en la mina puedan asociarse, y hasta logar unir a los hombres y sacarlos de las ratoneras en una manifestación, pues ya como que no eres tú, sino los demás. Te importa madres la familia de la mina, y decides jugártela toda.  […]” (p.90)

Me impresionó al leer estar parte del libro, porque ¿cómo llegar a este punto, en donde uno ya no solo importas, sino también los demás? Donde la miseria, en este caso, hace despertar la valentía, el ímpetu de uno, o unos, para el despertar de los demás.

Ezequiel, así se llama el minero que dice las palabras que antes cito, es uno de esos seres humanos, que al sentir una obligación que va más allá de él, sino con  sus compañeros, hermanos, compadres, amigos, ante la vida y el deseo de hacer algo para que sea mejores, dejan todo por la lucha social. Imagino que muchas personas tenían este sentimiento en la época de la Revolución. ¿Nosotros como nos comportamos como sociedad, como individuos?








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