Día 123
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
Elizondo, Salvador: Farabeuf. México,
FCE, Colección Popular (Séptima edición), 2009.
Elizondo, Salvador: Farabeuf. México,
FCE, Colección Popular (Séptima edición), 2009.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUCKVpYlRNQuBXeU4oKtsrHH0MtWnU3ngQcep5nVCvlJPXH1xNOJ7QlHoimMdECoLx2l2qaXaqPD5C_DKAJNzZJbpmPADKWMEQgxtnTuC90WL5qHJnIlCOgla0x6XzWQra0cXgMyUFmgI/s320/mundo+irreal.jpg)
“ […] Podríais ser, por ejemplo, los
personajes de un relato literario del género fantástico que de pronto han
cobrado vida autónoma. Podríamos, por otra parte, ser la conjunción de sueños
que están siendo soñados por seres diversos en diferentes lugares del mundo. Somos
el sueño de otro. ¿Por qué no? O una mentira. […] (p. 96)
Estoy segura que me darás
algo de razón en lo que anteriormente dije. Piensa, por ejemplo, cuando vivimos
emociones fuertes, intentas, ya sea por una boda, nacimiento o muerte de
alguien cercano. Con el paso del tiempo, si no es que en ese mismo instante,
nos sentimos en la irrealidad, como en las nubes, tanto que hasta podríamos dudar
de que pase o pasó.
Es más, en este preciso
momento en que leer esto, sería bueno que te dieras un pellizco, digo, para
saber si es realidad o sólo un sueño.[1]
No hay comentarios:
Publicar un comentario