Día 133
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
Rodríguez, Rosaura: Madre sólo hay una… papas hasta en el mercado. México, Editorial Cordillera de los Andes, 2001.
Rodríguez, Rosaura: Madre sólo hay una… papas hasta en el mercado. México, Editorial Cordillera de los Andes, 2001.
Como lo había
pronosticado desde el día de ayer, este libro, sin afán de hacerlo menos,
maneja varios tema de una forma superficial y exageradoa No soy una defensora
de la maternidad a ultranza, porque no creo que todas las mujeres quieres,
pueden o deben ser madres, y estoy de
acuerdo en que este estos tiempos –menos los actuales que antes- está plagado
de mitos, injusticias y desvirtuadas diferencias entre lo que se entiende por
ser hombre o mujer.
“[…] Con el tiempo se ha descubierto
que las náuseas son producto del exceso de progesterona, hormona masculina que prácticamente
nos envenena.
Masculina tenía que ser la dichosa
hormonita para hacernos la vida de cuadritos. [...]” (p. 34)
Pero una casa con los
mitos, creencias y diferencias físicas, psicológicas o ideológicas, que podemos
notar en nuestra vida cotidiana, a escribir y dar como verdaderas las relaciones
de descalificación de un sexo al otro, como pudimos notar en la cita anterior.
El pleno siglo XXI no
podemos, ni debemos, hombres y mujeres tratarnos como enemigos, y menos como si
la naturaleza nos hubiera dados desgracias aterradoras a las mujeres, como son
los síntomas del embarazo, y los hombres la vida plena y feliz por no
experimentarlo.
Desde mi punto de vista, este
tipo de lecturas cultivan una gran brecha entre géneros, y no nos permiten
disfrutar y entender nuestras diferencias, sino hacerlas más grandes.[1]
[1] La
ilustración mostrada fue tomada de http://www.bebes.net/2009/11/27/problemas-de-pareja-en-padres-primerizos-i/
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