Día 313
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Eso de estar enfermo,
y más en estas fechas en México, que pasamos del calor al frío de la noche a la
mañana, no es nada agradable, en especial si tenemos que trabajar porque no
podemos desempeñarnos como quisiéramos; la debilidad y pesadez de la enfermedad
misma nos causa molestias terribles a la hora de trabajar.
“Al
alejarse, oyó que la joven decía:
-Te
traje también champagne para que te tomes la aspirina, mi pobrecito.”(p.248)
Cando leí esto
recordé de manera inmediata a los adictos al refresco de cola. Seguramente
también has visto a personas que toman sus antigripales, o el medicamento que
sea, con su coca. En casos más severos, como lo es el de la cita, con vino o
cerveza. No soy médico, pero me pregunto ¿es correcto hacer esto? Creo que por obviedad
no lo es, porque al ser los dos algún tipo de estimulante puede causarnos una
reacción en cadena. ¿Tú qué piensas? ¿Se tendrá estragos, o hasta drogarse, por
combinar medicamentos con refresco de cola o vino?[1]
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