Día 314
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Las etapas que
tenemos que pasar, todo ser humano, se supone que debería ser acorde a la edad.
Si eres bebé duermes, comes y haces del abaño; de niño te toca jugar y estudiar
en la casa más lo que te tocaba de bebé; en la adolescencia todo lo anterior
más tratar de encontrar tu vocación y socializar; de adulto trabajar, formar la
familia, etc. Todo esto suena como un camino que todos “deberíamos” vivir, y de
preferencia es ese orden.
“-Cuando
uno se va de casa q los catorce años –dijo él-, aprende forzosamente. […]”(p.260)
Aunque no siempre tenemos
experiencias en nuestras vidas que son “acorde” a nuestra edad. Pero comentaba
con mi novio, que no es que no tuviera que vivir, a lo mejor son cosas que
todos vamos a vivir en algún momento, pero en algunas ocasiones nos toca por el
camino difícil.
Si pensamos es el caso
de la cita que puse, el salirse de la casa materna desde los catorce años,
claro que te lleva a aprender pero por el camino difícil. Esto no lo hace ni
mejor ni peor, sólo lo que uno tiene que asumir en el momento en que nos toca
vivirlo, aunque seamos muy jóvenes o viejos.[1]
Tu novio?
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