Día 301
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Ser víctimas de una
estafa, una mentira o engaño nos puede llevar a perder la dignidad, la
veracidad ante los demás, la autoestima. Esto es lo que le pasa a la mamá de
nuestra protagonista, que al ser estafada, y sentirse en un laberinto sin
salida, toma la decisión de suicidarse. Trato de entender la impotencia de los
seres queridos ante una situación así y sé que en momentos de desesperación, de
sed de justicia, podemos llegar a ser cosas sin sentido como este caso:
“El
plan era sencillo. Iba a negociar con Joe Romano, a pedirle que limpiara el
nombre de su madre. Si se negaba, lo amenazaría con el arma, obligándolo a
escribir una confesión. Luego llevaría la confesión al teniente Miller, quien arrestaría
a Romano, y la memoria de su madre quedaría a salvo.[…]” (p.31)
¿Es posible actuar
con tal ingenuidad que pensemos que las cosas son como en una película? ¿Qué no
nos pasará nada y que serán como los
pensamos? Fantasías que nos hacen creer que las cosas pasarán tal y como las
imaginamos, pero lo realidad siempre se encarga de mostrarnos la verdadera
realidad. Así que cuidado cuando pensemos que para algo tenemos un plan
perfecto, porque a lo mejor lo que hacemos en un plan ingenuo y tonto que nos
puede llevar a terribles consecuencias. [1]
No hay comentarios:
Publicar un comentario