Día 344
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
Muchas personas usan
su tiempo libre para diversas cosas, que van desde los deportes, el leer, ver
la televisión y muchos asisten al cine (o lo ven desde su casa). Este último es
popular desde hacer ya varias décadas, en especial desde que en las grandes
urbes el cine tuvo acceso a todos los sectores sociales y muchas familias podían
asistir a las grandes salas con sus numerosas familias (aunque no fuera
continuamente). Actualmente ya es rara la persona que no puede asistir al cine,
en especial por cuestiones económicas, y hasta hay personas que van al cine más
de una vez a ver la mima película.
“[…]
los filmes que ha pasado hasta ahora pertenecen a la denominada serie B, productos
rápidos para consumo rápido, que no aspiran a nada más que a entretener el
tiempo sin perturbar el espíritu […]” (p.105)
Por desgracia, como
casi siempre pasa cuando algo se convierte de consumo masivo, muchas industrias
cinematográficas se han dedicado a ser cine de muy mala calidad en las
historias y el elenco. Seguramente te ha pasado que vas al cine, y después de
leer la reseña, eliges una cinta que termina siendo de lo peor. Por ello creo
que si deseamos no mal gastar nuestro dinero, y llevarnos una historia de buena
calidad, bien vale la pena ir a un lugar en donde se ofrezca cine de arte, o si
sólo se desea distraer por distraerse, entonces bien podemos seguir asistiendo
a las películas que son carentes de profundidad y que sólo desean distraer. Uno
decide.[1]
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