Día 333
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
En la vida hay muchas
preguntas sin responder; desde científicos hasta personas comunes y corrientes,
como nosotros, han, hemos y seguirán intentando responderlas a lo largo de los
siglos. Muchas preguntas son sobre el comportamiento sobre nosotros mismo, como
especie a nivel social, cultural, espiritual, etc.
“Si
crees que debes pedir una explicación a tu colega, pídesela de una vez, siempre
será mejor que andar por ahí con la garganta atravesada de interrogaciones y
dudas […]” (pp.35 y 36)
Pero seguramente por
más que preguntemos a especialistas, chamanes, religiosos, abuelitas, etc.
Siempre habrá cuestiones por resolver. Por ello creo que la todas las ciencias
y todas las artes siguen y seguirán manifestándose, en busca de mostrar lo que
otros han sentido, vivido y cuestionado.
Un ejemplo de lo que
anteriormente menciono es el cine. Hace apenas uno minutos acabo de terminar de
ver una cinta del canal 22 de México, con el título: De la nada[1],
sobre un tipo que pata a trece personas en su pequeña comunidad (un caso real
en donde varias personas, incluyendo niños, perdieron la vida). Es evidente que
este sujeto está mal mentalmente, pero podríamos preguntarnos, ¿por qué existe
este tipo de maldad en el mundo? ¿Por qué a algunas personas les toca morir y a
otras no? El director de esta cinta nos muestra que más allá de poder responder
estas cuestiones, los que sobreviven se quedan llenos de más dudas de las que
pensaban, y a la vez con respuestas a muchas otras más, como el valorar la vida
y la familia. Así que si alguien se pregunta para qué leer, estudiar, ver cine
o teatro, etc. Yo le diría que no para encontrar respuesta a lo esperado sino a
lo inesperado.[2]
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