Día 365+36
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Piera, Gustavo: La travesía. 18 claves para llegar a buen puerto. Barcelona, Alienta Editorial, 2006.
Piera, Gustavo: La travesía. 18 claves para llegar a buen puerto. Barcelona, Alienta Editorial, 2006.

“Escuchamos decir: “Equilibrio, equilibrio, eso es lo que
necesitamos para educar, equilibrio”. Pero encontrar ese punto medio entre el
autoritarismo y la permisividad requiere de algo que no llega solo: de la
conciencia. Es nuestra conciencia la que sostiene el péndulo y nos permite
encontrar ese balance que nos lleva a una relación distinta con nuestros hijos.
Tener conciencia implica estar despierto,
atento para no caer ni en un polo no en el otro. […]” (p. 96)
Esta consciencia creo que sólo la podemos adquirir siendo
verdaderos observadores en nuestro actuar, porque como la propia definición de
consciente no lo indica, es aquel “Que siente, piensa y obra con conocimiento
de sus actos y de su repercusión.”[1]
Para ello es necesario un total compromiso con la meta a cumplir: educar a
nuestros niños con amor.
Inevitablemente pienso en aquellas madres y padres
jóvenes y no tanto, que he visto varias en la ciudad, que no tiene un interés
por sus hijos, porque les gritan, pegan, insultan, ignoran; claramente este
tipo de padres no tiene una conciencia real de lo que quieren para sus hijos, y
tampoco creo que para ellos. Pero si tu quiere, al igual que yo, darle una
educación consciente, espero que lo logremos, tenemos que empezar con nosotros
mismo, para poder después pasarlo a nuestro hijos. ¿Qué harías tú para
lograrlo? [2]
No hay comentarios:
Publicar un comentario