Día 365+68
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Funke, Cornelia: Las gallinas Locas. El secreto de la felicidad. (Traducción del Alemán: María Alonso) Barcelona, Ediciones B, 2006.
Funke, Cornelia: Las gallinas Locas. El secreto de la felicidad. (Traducción del Alemán: María Alonso) Barcelona, Ediciones B, 2006.
Este libro no sólo lo elegí por tener una bonita
presentación, pasta dura, colores intensos y grande letra; o por haberlo
regalado hace tiempo, confieso que lo tomé de contrabando, sino también por su
autora. Cornelia Funke “es una escritora alemana de literatura infantil y
juvenil”[1],
yo no he tenido el privilegio de leer su trilogía de Sangre de tinta, pero sí El
jinete del dragón, historia que me agradó por su fantasía, sencillez y
porque es un libro que recomendaría
ampliamente para jóvenes.
Son cinco libros sobre Las gallinas Locas, yo estaré
comentando el cuatro, que es una
pandilla formada por cinco chicas, de las cuales Funke nos irá contando sus
locuras e historias entre ellas y sus familias, como este caso:
“¿Por qué había
comida griega un día de diario normal y corriente? Sardine suspiró.
-Mamá, suéltalo ya¡ ¡El señor Sabelotodo quiere venir a
vivir con nosotras!” (p.15)
Esta cita me recordó a las escenas típicas entre padres e
hijos, que seguramente yo las llegaré a vivir, en donde cualquiera de los dos
cuando tiene algo importante que decir, o de hacer, y entonces se recurre a la
llamada “barbería”. Por ejemplo: los hijos hacen el quehacer, están muy
cariñosos con los padres, y ellos preguntan: ¿ahora qué quieres? Yo también lo
llegué a hacer con mis padres, y es una de las cosas más divertidas que pueden
pasar.
Esto es lo que precisamente le pasa a una de nuestras protagonistas,
pero como pudieron ver, la mamá es la que quiere revelarle algo. ¿Qué anécdota me
contarías parecida a esta?[2]
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