Día 365+177
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
En pláticas, seguramente que también has presenciado, se
afirma que las mujeres somos distintas a los hombres, cosa que físicamente no
lo podemos negar, pero dichas comparaciones, también se hacen con relación a lo
psicológicos. ¿Sera verdad? O por el hecho de ser de un género, y no de otro, ¿se
nos “programa” para que esto sea así?
“[…] ¿en qué
habrá afectado a nuestra existencia el hecho de ser mujeres? ¿Qué
oportunidades, exactamente, nos han sido dadas y cuáles nos han sido negadas? […]”
(p. 30)
¿Qué cosas se te han negado por ser mujeres u hombre? ¿Crees
que realmente seamos educados según nuestro género? Definitivamente hay cosas
que muchas mujeres, aunque ya no todas por suerte, han tenido que renunciar por
ser mujeres; hace algunas décadas, por ejemplo, al hecho de ser políticas,
actualmente (hay pocas) a ser choferes, y así como este ejemplo, seguramente
sabrás muchos más.
Si tuviéramos que hacer una lista de las cosas que se nos
priva por ser mujeres, ¿cuáles pondrías? Yo para empezar escribiría: absoluta libertad
para salir a pasear sola de noche (aunque vuelvo a repetir, por fortuna ya no
en todos los casos) [1]
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