Día 365+176
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Siendo una niña, con tan solo quince años, tu vida fue las decisiones que se te
impusieron, pero poco tiempo después lograste tomar una nueva vida con decisión
y libertad. Con todo mi respeto y admiración para mi mamá.
A lo largo de la Historia de la humanidad, las mujeres
han sido mayormente subordinadas a la voluntad de los hombre, aunque ha habido
casos excepcionales de mujeres que han podido ocupar un lugar privilegiado en
este mundo. Por suerte, aunque no dejemos esto a la mano de la suerte, cada día
hay más mujeres que tiene un lugar así, por su trabajo y esfuerzo diario como
lo fue Simone de Beauvoir.
“[…] Muchas
mujeres de hoy, que han tenido la suerte de ver cómo se les restituían todos
los privilegios del ser humano, pueden permitirse el lujo de la imparcialidad […]
Ya no somos combatientes, como nuestras mayores; e general, hemos ganado la
partida; […] y ya muchas de nosotras no hemos tenido nunca que sentir nuestra
feminidad como un estorbo o un obstáculo; […]” (p. 29)
Muchas generaciones de mujeres han tenido que luchar para
que nosotras, mujeres del siglo XXI, podamos disfrutar de un mundo donde nosotras
tengamos voz y voto. Así que debo agradecer a todas ellas que me han dado la
oportunidad de la libertad y sobre todo de la elección de vida, en especial a
mi mamá que pudo dar el brinco de la sumisión a la elección de dar y transmitir
la posibilidad de elección a sus hijas, porque como ella siempre lo ha dicho:
la casaron. Yo por suerte nunca diré eso porque he podido elegir. Así que si tú
no gozas de la libertad de ser una mujer que tiene el poder de decidir, nunca
pierdas la esperanza para futuras generaciones familiares.[1]
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