Día 365+259
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
¿Por
qué actualmente en las relaciones de pareja hay tantas discusiones, problemas y
divorcios? ¿Tendrá que ver que las mujeres ya no se dejan mandar como antes por
el marido? Vivimos las mexicanas aún entre un mundo machista que poco a poco,
generacionalmente, ha ido cambiando el juego de roles que era tan dominante,
prohibitivo y excluyente para los hombres en la antigüedad. Ahora, muchas
mujeres no siguen los mandatos, ya no están con los ojos vendados, primero por
el padre y luego por el marido, y desde hace algunos años ya no se maneja el
tan conocido nombre de una mujer seguido por el “de” para enseguida poner el
apellido del marido (por ejemplo: Rosa María Hernández de Pérez) que denotaba
pertenecía al esposo.
“[…] El hombre
deseaba dar, y he aquí que la mujer toma. Ya no se trata de jugar, sino de
defenderse. Desde el momento en que la mujer es libre, no tiene otro destino
que aquel que libremente se crea. La relación entre los dos sexos es entonces
una relación de lucha. Convertida para el hombre es una semejante, aparece
entonces tan temible como cuando era frente a él la Naturaleza extraña. La hembra nutrida, abnegada, paciente, se
torna bestia ávida y devoradora. […]
(p.196)
En el
momento en que las mujeres adquieren su autonomía moral y económica, salen del
papel de sumisión y ya no son un ser pasivo que podía ser tratado como un
objeto más, sino que adquieren compromisos y derechos que antes eran exclusivos
de los hombres. Pero todo esto conlleva una lucha de personas, que se ha
querido manejar como guerra de sexos, una lucha de poderes, porque la mujer puede
y si quiere ser tratada como igual, ya no permitiendo que la dominen como lo
hacían antes y esto por supuesto que a llevado a conflictos.
Creo
que aquí lo importante es el no engancharnos con la idea de que por ser sexos
distintos tenemos una lucha natural que tenemos que ganar, sino que ante todo
somos seres humanos, que compartimos este mundo llamado Tierra, y que somos
complemento uno para el otro, reforzando lazos de respeto-amor, y no de
odio-rencor. [1]
[1] La imagen fue tomada de http://www.blancamercado.com/sanando-las-heridas-del-divorcio-en-los-hijos/
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