Día 365+289
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
No
cabe duda que una de las cosas más incómodas que vivimos las mujeres es en el
momento de nuestra menstruación, porque muchas vivimos molestias físicas como
dolor de cabeza, de pierdas, cólicos, molestias en la cintura, náuseas, cambios
de humor, etc. Además que al ser la menstruación algo involuntario, o sea que
nosotras no decidimos en qué momento soltar el sangrado y en cual no, nos enloquecemos con qué poner entre las
piernas para que no escurra. De aquí que desde tiempo inmemorables las mujeres
recurrían a trapos que tenían que ser cambiados y lavados constantemente; pero
desde hace ya algunos años esto a cambiado y ahora las toallas desechables son
más “prácticas”.
“Esa especie de
apósitos que venden en las farmacias en cajas con nombres floridos:
<<Camelia>>, <<Edelweiss>>, se tiran después de
usarlos; pero en el curso de un viaje, de vacaciones, de excursión, no resulta
tan cómodo desembarazarse de ellos, pues está expresamente prohibido arrojarlos
al inodoro. […] ” (pp.253-254)
Como lo mencioné arriba se supone que las toallas
femeninas para la menstruación son más prácticas, pero como bien dice la cita,
cuando tenemos que salir fuera de casa es cuando a muchas esto se nos complica,
por ejemplo: imaginemos que vamos a la casa del
novio a conocer a los papás, entramos al baño a cambiarnos la toalla y
notamos que no acostumbran a usar bote de basura, o que si lo tienen está
limpio sin ningún papel, seguramente no sabemos que hacer, sentimos una gran
vergüenza al pensar que alguien de la familia descubrirá que estamos en nuestro
período; esto es algo que sí me ha pasado y estoy casi segura que a ti también
porque por desgracia la menstruación sigue siendo algo que tenemos que ocultar,
como si fuera un delito tenerla, y además padecer la incomodidad de usar una
toalla en medio de las piernas. ¿Qué
opinas?[1]
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