Día 365+318
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
El
cuerpo femenino es un misterio para la propia mujer, porque al ser educadas en
una cultura donde no se nos enseña a autoexplorarnos -es tabú, sucio,
pecaminoso- carecemos de mucho conocimiento sobre nuestro cuerpo. Las
prohibiciones pueden ser a tal grado que muchas mujeres nunca en su vida se han
visto ni tocado sus genitales por miedo a caer en pecado mortal, o que al ser
descubiertas por otra persona en el acto mismo, sea juzgada severamente. Aún
así hay mujeres que no importando lo que piensen los demás se explorar, tocar y
descubren zonas de placer, como lo es el clítoris.
“[…] El sistema
clitoridiano no se modifica en la edad adulta, y la mujer conserva durante toda
sus vida esa autonomía erótica; el espasmo clitoridiano, como el orgasmo
masculino, es una suerte de deshinchazón que se obtiene de manera cuasi
mecánica, pero sólo indirectamente está ligado al coito normal, no presenta
ningún papel en la procreación. […]” (p.313)
Si las mujeres tenemos autonomía erótica desde el
clítoris ¿por qué no se ejerce? Por nuestra educación; como lo mencioné ya
arriba, la mayoría de las mujeres no estimulan su clítoris por la educación que
recibieron donde se les dijo que era un pecado, algunas otras cuando lo llegan a
hacer sienten más tarde culpa y muchas otras sí lo han logrado sin sentir culpa
o vergüenza, pero son muy pocas. ¿Consideras que es necesario cambiar la
ideología de la culpa y la vergüenza en la sexualidad de las mujeres, para que
se tenga una vida sexual más plena? Yo considero que sí porque mientras la culpa
siga en nuestras mentes no podremos entender que nuestro cuerpo, como cualquier
cuerpo masculino, puede estar libre de tabús.[1]
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