Día 365+349
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
¿Cómo
es que una pareja llega a la propuesta de matrimonio? Si partimos que se trata
de amor, sólo es suficiente con que una pareja se atraiga, que sientan amor y
decidan estar juntos; pero hay algo que se menciona, entre las mujeres, pero no
tan abiertamente, y que seguramente
también se comenta entre los hombres, que es el arte de la seducción. Muchas
chicas en realidad no sienten amor, en muchas ocasiones ni cariño, por el
futuro esposo, sino que sólo miran lo que les conviene o lo que creen que le
conviene porque se lo han dicho amigas, la mamá, las hermanas, etc.
“[…] las
madres, las hermanas mayores, los semanarios femeninos, enseñan con cinismo a
las jóvenes el arte de <<atrapar>> un marido, lo mismo que el papel
matamoscas atrapa a éstas; es una <<pesca>>, una <<caza>>,
que exige mucho tino: no apuntéis demasiado alto ni demasiado bajo; no seáis
noveleras, sino realistas; mezclad la coquetería con la modestia; no pidáis
demasiado ni demasiado poco… […] ”(p.382)
La forma en que las mujeres pueden llegar a cazar a un
hombre es tan astuta que ni la víctima misma se da cuenta, es todo un arte. Lo
que yo creo es que el problema no es el arte mismo de la seducción, porque bien
puede ser parte de conquistar a alguien, sino en que se vea como fin mismo de
la vida de una mujer, que si no se casa y encuentra a buen partido entonces no
vale como mujer. Considero que cuando una mujer logra darse cuenta que lo
importante no es lo que puedo conseguir del otro, sino de ella misma, podrá
tener un matrimonio verdaderamente valioso y auténtico, y no uno que esté
manoseado por creencias machistas o fines banales. [1]
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