Día 365+342
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Somos
muchas las mujeres mexicanas que disfrutamos del gran esfuerzo que realizaron
miles de mujeres años atrás para poder liberarse de las cadenas que las tenían
atrapadas en cuatro paredes de sus hogares y salir al campo laboral, que era
una actividad única y exclusiva para los hombres. Muchas de ellas tuvieron que
padecer injusticias, desigualdades e insultos por ello –cosa que por desgracia
aún continúa así en algunos trabajos- y otras ya han podido alcanzar lugares de
alto rango y prestigio político, social y económico.
“La evolución
económica de la condición femenina está en camino de trastornar la institución
del matrimonio, que se convierte en una unión libremente consentida entre dos
individualidades autónomas […]”(p.373)
Muchas parejas en la actualidad estamos viviendo en
unión libre, en un acto de absoluta seriedad
y con un compromiso real sin necesidad de llegar a un acuerdo legal.
Creo que es importante destacar que en especial las mujeres decidimos dicha
situación porque en el momento en que somos trabajadoras activas, notamos –o
nos han hecho notar- que el matrimonio no siempre es justo para las mujeres.
¿El matrimonio está decayendo? En sociedad en donde los roles sociales están
cambiando considero que sí.[1]
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