Día 365+360
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Un
ser humano ¿qué busca? ¿felicidad, estabilidad, cariño, hijos, aventuras? Tal
vez todo, pero no es lo mismo que una persona tenga la posibilidad de buscar y
procurarse todos estos aspectos, o sólo los que elija, a no poder hacerlo por
factores exteriores a él o ella. Cuando digo esto pienso por ejemplo en el caso
de las personas que viven en medio de una guerra, por más que desearan tener
paz en sus hogares y ciudad es claro que no depende de ellos, por desgracias
son víctimas de terceras personas. Ahora pensemos en el caso de un joven que
tiene todo lo que necesario para vivir, tiene cubierta sus necesidades de
comer, vestir y puede estudiar, es claro que puede procurarse algunos de los
aspectos antes mencionados, es una elección. Pero, ¿qué pasa con una chica que
viven en un sistema machista donde se le inculca que para lo que nació ella es
para servir a su esposo e hijos?¿En qué situación está, como en la guerra o
como el estudiante?
“[…] Pero lo
que nace ingrata la suerte de la mujer-sirvienta es la división del trabajo que
la consagra toda entera a lo general y a lo inesencial: el hábitat, el
alimento, son útiles para la vida, pero no le confieren ningún sentido: los
fines inmediatos del ama de casa no son más que medios, no verdaderos fines, y
en ellos no se reflejan sino proyectos anónimos. […]” (p.419)
No podemos decir
que la ama de casa está en una condición de guerra, pero tampoco lo está en una
de total y absoluto poder de libertad de elección. Si se es una mujer educada
en un ambiente de igualdad es claro que pensará que una mujer sumisa está ahí
porque es lo que decide, pero no piensa que estas mujeres son educadas,
programadas, manipuladas y orilladas por todos los medios, en la casa y su
cultura, para servir y no para elegir. El drama del ama de casa, como dice la
cita, es que por más que se esfuerce en sus actividades doméstica (lavar,
planchar, hacer de comer, etc.) estás son solo medios para vivir, que se
repiten indefinidamente, que no es lo mismo que el pensar en hacer una canción,
un proyecto, una pintura, escultura o un libro, porque estos son fines, o sea
que tiene un fin, que es trascender, comunicar, expresar. ¿Qué tan necesario es
en la vida de una persona hacer cosas trascendentes? La mujer no es que no
quiera hacerlo, es que está atapada en un círculo vicioso hogareño que no
siempre se lo permite.[1]
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