Día 139
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.
Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.
Nuestros años de
estudiantes, son momentos que para algunos son agradables y para otros no. En
muchas ocasiones nos acordamos de nuestros maestros, compañeros y una que otra
cara extra.
“[…] no se puede aprender una ciencia a
menos que no se sepa de qué se trata.
-Debían haber empezado por la educación
moral […] que nunca, se en ningún caso debe ser racional.” (p.41)
Y seguramente muchos le
damos la razón a la cita anterior, pues si no sabíamos de qué nos hablaba el
maestro de cierta materia, no la entendíamos,
porque una cosa es memorizar, como dirían por ahí, como periquitos y otra
realmente aprender. Pero en el caso de la moral[1],
de los valores, de las actitudes ante lo y los demás, las cosas cambian. En ese
ámbito casi nada se puede entender sólo en la enseñanza, porque en el momento
en que es el actuar mismo, la interrelación, sólo es posible ir aprendiendo en
la medida en que tenemos un guía, que bien puede ser nuestros padres o algún
tutor, y vamos adquiriendo experiencias.
Pero de lo anterior, al
decir que la educación moral no debe ser racional, hay una clara intensión de
dominación ante lo que se decide hacer o decir. ¿Tú crees que esto tiene que
ser así, que en cuestión de la educación moral no debe intervenir la razón? ¿O,
como yo, estás convencido que la mejor manera de obtener valores, en muchos
casos es sólo a través de la razón?[2]
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