Día 260
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
La convivencia es
parte de la vida de toda persona, somos seres sociales (aunque habrá quien no
esté de acuerdo) que al no poder estar aislados y solos todo el tiempo salimos
al encuentro con otros; para ello intervienen muchos factores como la edad, el
género, época, valores, ideas, proyectos, etc. Y para que dicha convivencia sea
efectiva es necesario la empatía, pero ¿qué pasa cuando esto no es así?:
“[…] Después de unas
frases amistosas de bienvenida, Marie-Claude cogió un colgante de cerámica que
Sabina llevaba al cuello y dijo en voz muy alta:
-Y esto ¿qué es? ¡Es
muy feo!
[…] Marie-Claude
había aprovechado la oportunidad para poner de manifiesto ante Sabina (y los
demás) cuál era la verdadera relación de fuerzas.” (pp.109-110)
Hacer “valerse” por
medio de la burla, el despreció y la humillación a otras personas es una de las
formas del poder. La persona que es así lo hace todo así sólo por sentir que
tienen la razón, y el “derecho” sobre los demás de decir lo que sea a quien
sea: familiares, amigos, hijos, conocidos, desconocidos.[1]
[1] La imagen fue tomada de http://angelescuevas.blogspot.mx/2012/09/como-tratar-con-personas-dificiles-en.html
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