Día 315
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.
Este libro presenta a
una mujer que poco a poco se vuelve más “astuta” para llevar a cabo robo y
estafas de los más difíciles, en muchas ocasiones considerados como imposibles,
saliendo de manera victoriosa en todas ellas. Pero hay cosas que me parecen
totalmente inverosímiles, no digo que imposibles, pero sí muy sacadas de la
manga –como se diría coloquialmente- porque no están fundamentadas en la trama.
“Tomó
un frasco de metholated spirits y lo abrió. En el acto en el ambiente se percibió
un fuerte olor. Porretta vertió una pequeña cantidad de líquido en un algodón y
con mucha suavidad lo pasó sobre la firma de Lucas. Poco a poco fue borrándose
su nombre. Debajo se hallaba la firma de Goya.”(p.297)
Un ejemplo es la
anterior cita; es el robo de un famoso cuadro de Goya, que según la novela está
exhibido en el Museo del Prado[1] en
Madrid, España. Dicha hazaña es falsa e improbable como es desarrollada porque
pensar que en plana exposición, llena de personas y vigilancia, alguien en tres
minutos tenga la habilidad y herramientas para poner una firma sobre otra y después
otra firma más en un cuadro de tanto valor; esto es improbable y demasiado exagerado.
No considero que para
que una novela tenga suspenso y acción sea necesario llegar a este tipo de
exageraciones en la trama, porque desde mi punto de vista hace que pierda
veracidad y el elector, como es mi caso, empiece a perder interés por el
personaje principal.[2]
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