Día 346
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
La pregunta que el
día de hoy me despierta esta lectura es ¿todos tenemos secretos guardados? Es
indudable que así es. Como ya he comentado en otras entradas, la división entre
lo público y lo privado en la vida de todos es tan delgada, que en algunas ocasiones
podemos dejar entrar una en otra, pero la mayoría de las ocasiones –por deseo
de pertenecer a un grupo o por simplemente hacer plática- se platican cosas que
deberían quedar sólo en el plano de lo privado y esto sólo por el hecho de que
los demás, que bien podría no importar, pueden causar un prejuicio al
enterarse.
“[…]
Si hay un secreto en la vida que quiera conservar bien guardado, que nadie
pueda ni siquiera sospechar de su existencia, es precisamente éste. Por tenemos
a las consecuencias, Tertuliano Máximo Afonso está obligado, tal vez para
siempre, a guardar absoluto silencio […]” (p.132)
Todos tenemos
secretos que son imposibles de confesar, algunos por salud mental, otros por
salud social. Al final el no decir “todo” lo vivido a los demás bien puede
causar un problema psicológico, a algunos, pero bien a otros no, y bien pueden guardarlo
hasta la tumba.
¿Tú crees que el no
contar un secreto, porque bien puede ser un derecho a lajprivacidad, este se
convierte en mentira? Un secreto y una mentira no es lo mismo. Yo prefiero no
saber un secreto a recibir una mentira. ¿Y tú? [1]
Día 346. Por fin es viernes, ¿estarías
dispuesto a confesar un secreto? ¿Qué
ponías de la entrada del día de hoy?
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