jueves, 27 de junio de 2013

Tristeza y alegría

Día 365+106
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.




¿Por qué los seres humanos sufrimos? ¿Es parte de nuestra naturaleza? Seguramente esto es así, porque ¿cómo podríamos distinguir entre la alegría y el sufrimiento si sólo existiera uno de estos? O ¿acaso será que uno no existe sin el otro? Una lucha de contrarios que es necesario equilibrar, pero que no es tan sencillo de lograr. Pensemos en cosas que nos hacen sentir tristes, no con el fin de sufrir ahora, y tratemos de pensar si estos han tenido solución o no, seguramente te darás cuenta que sí la han tenido y que pasamos con gran facilidad de sufrir a estar alegres.



“[…]¿Qué son ahora? Un cero a la izquierda. ¿Qué puedo ser mañana? ¡Mañana puedo recitar de entre los muertos y empezar a vivir de nuevo! ¡Puedo volver a ser un hombre, no todo está perdido!” (p.179)
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Estoy convencida que una de las grandes capacidades de la mayoría de los seres humanos es el podernos levantar desde lo más bajo que hemos caído. Yo diría, a diferencia de la anterior cita, que si no nos dejamos convencer por la tristeza, la alegría termina imperando en nosotros, pero esto requiere conciencia diaria, una lucha que no basta con pensar sino actuar no en un mañana, sino en un ahora que es el que se nos escapa con gran facilidad de las manos. [1]












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