Día 365+167
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Cuando nos pensamos como parte de la naturaleza, y dos damos
cuenta que poseemos características propias de nuestra especie, como el caminar
erguidos, la capacidad del habla, etc. y otras propias todo ser existente como
ser parte de la materia, estar en un espacio y tiempo, etc. Podemos estar dados,
tentados, ha creer que estas características son inmutables, fija.
“[…] En verdad,
la Naturaleza, lo mismo que la realidad histórica, no es un dato inmutable.
[…]" (p. 21)
Tratemos de pensar un poco más en la cita anterior. En
ella se nos dice que lo que es natural, por naturaleza, es algo que no es fijo,
y como lo mencioné antes de ella, es algo a lo que podemos estar propensos a
pensar.
Viene a mi mente la típica frase de: los hombres por
naturaleza son más fuertes, más agresivos, etc. ¿Esto quiere decir que por más
que intenten cambiar, nunca lo lograrán por ser parte de su naturaleza? Yo
antes entendía que era así, pero cuando Simone me afirma lo contrario, me
cuestiones dicha creencia que tenía.
Pensemos en el caso de nosotros mismos, no somos iguales
a los hombres de la era de las cavernas; con el paso del tiempo, y las
necesidades del momento, el ser humano (como casi todo lo que habita el
planeta) se va adecuando, modificando y ajustando a las sus necesidades y circunstancias.
¿Por qué antes los hombres tenían dientes más grandes y fuertes? Porque comían
todo crudo. Con el descubrimiento del fuego esto cambió. ¿No será que esto siga
pasando? ¿Qué lo que creemos fijo, inmutable, no cambiable, por ser natural en
realidad sí cambia?[1]
[1] La imagen fue tomada de http://www.ecologiaverde.com/un-simple-paseo-por-la-naturaleza-mejora-la-memoria/
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