Día 365+195
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
No cabe duda que, como ayer lo escribí, para muchas
mujeres uno de sus mayores problemas, aún en la actualidad, es el no poder
tomar sus decisiones porque dependan económicamente de otros, pero suena casi
mítico el decir y pensar que el problema de dominación y sumisión se pueda
solucionar sólo con el que se tenga la posibilidad de trabajar.
“[…] El
problema de las mujeres se reduce al de su capacidad de trabajo. […] Y cuando
la sociedad socialista sea una realidad en el mundo entero, ya no habrá hombres
y mujeres, sino solamente trabajadores iguales entre sí.” (p. 55)
La propia Simone de Beauvoir nos da la respuesta a este
punto: “[…] la exposición de Engels es superficial y las verdes que descubre
resultan contingentes.” (p. 56) Yo aunque sólo estoy tratando de entender lo
que nos dice esta autora, sí creo que el problema de las mujeres no es algo
meramente económico. Claro está que esta parte es fundamental para poder
empezar a salir del mismo, lograr la independencia económica, pero seguramente
conoces casos en donde las mujeres trabajar y aún así están en una situación de
dominio. ¿Qué es entonces lo que nos puede mantener así?
Si partimos de que los seres humanos no sólo somos lo que
hacemos, sino también lo que pensamos y sentimos, creo que por ahí pudiera
estar el hilo negro, porque el hecho de que una mujer sea capaz de trabajar no
quiere decir que sea libre moralmente. Las creencias culturales, esas que
heredamos, pueden ser una gran piedra que cargar tanto por fuera como por
dentro. ¿Tú qué opinas?[1]
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