Día 365+269
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Al no
nacer mujeres si no hacemos, es de imaginarnos que aquello que nos hace
diferentes al otro género, al masculino, que son los genitales juegan un
papel en la formación de identidad como
mujeres u hombres. En el caso de los hombres el pene, como lo he mencionado en
anteriores entradas, es lo que representa al macho, al hombre, el juguete
preferido; pero en el caso de las mujeres la vagina es algo oculto, tabú,
intocable. En el caso de los hombres se da una identificación subjetiva con
esta parte de su cuerpo que le han exaltado desde pequeño, juegan con él y le
ponen nombres mimosos. Pero con las mujeres no pasa nada de ello, al contrario,
es cuestión de vergüenza.
“[…] Mientras
el niño se busca en el pene en tanto que sujeto autónomo, la niña mima a su
muñeca y la adorna como sueña que la adornen y mimen a ella; inversamente, se
ve a sí misma como una maravillosa muñeca.[…] sabe muy pronto que para agradar
hay que ser bonita como una muñeca, y procura parecerse a una muñeca, se
disfraza [...] ” (pp.218-219)
Cuando
leí esta cita, en un primer momento, me pareció incomprensible, fantasiosa,
pero después de reflexionar unos minutos entendí que podría tener algo de
sentido; si los niños identifican al pene como algo que agradable, es lógico
que lo vea con alegría y encanto, con un juguete, pero las niñas al no sentir
la vagina como algo por lo cual se pueden enorgullecer, es de pensarse que
buscan algo externo con lo cual identificarse y sentirse contentas, y de aquí
el agrado por las muñecas. Creo que esto se cumple cuando la educación de los menores
es muy delimitada por el machismo, donde se dan este tipo de roles, porque en
una educación que no sea así, dudo que haya esta necesidad de las muñecas en
las niñas. Así que no creo que deba haber una identificación de las niñas por
muñecas forzosamente, sino que todo depende de la educación que hemos tenido.
¿Qué opinas?[1]
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