jueves, 2 de agosto de 2012

Una mirada


Día 142
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Huxley, Aldous: Un mundo feliz. Madrid, El mundo (Millenium), 1999.


La vista, uno de nuestro cinco sentidos; dice la gente que una mirada dice más que mil palabras, tal vez por eso hay personas que no quieren mirar a los demás, mirar de frente porque “tal vez” sea verdad éste dicho.


“Todos se volvieron y aun extremo del pequeño grupo vieron a un desconocido, un hombre de estatura media y cabellos negros, nariz ganchuda, labios rojos y gruesos, y ojos oscuros, que parecían taladrar.” (p.56)


Yo recuerdo a personas que según su forma de mirar uno puede saber cómo están, si alegres, tristes, pensativos, con miedo, etc. Y seguramente tú también. Pero hay miradas que llegan a ser tan intensas y penetrantes, que nos hacen voltear inevitablemente, como si tuvieran un imán que nos obliga a voltear no importante en dónde, a qué hora o con quién estemos. 


Yo recuerdo que hace algunos años, pocos, muy pocos, mi mamá me decía que dejara de ver feo a las personas, que me iba a meter en problemas, pero ahora que lo pienso, no era algo que hacía de forma consciente. Cosa muy distinta si una chica quiere conquistar a quien le gusta, esta mirada es totalmente seductora, o aquel padre que quiere regañar a su hijo por algo que hizo pero no puede  por X razón. Así que una mirada puede ser tan expresiva que podemos odiar o amar a alguien con sólo una de ellas.[1]






[1] La ilustración mostrada fue tomada de http://elecoenelsilencio.blogspot.mx/2010/11/miradas.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario