martes, 30 de octubre de 2012

Última reina: Catalina II


Día 230
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Gottschalk, Maren: Reinas (Cinco soberanas y sus biografías), México, FCE (A través del Espejo), Trad. Ofelia Arruti 2010, 2003.


Esta es la última entrada que publico sobre la lectura del actual libro. Debo decir que me encantó la vida de esta última reina: Catalina II de Rusia (1729-1796); al igual que las anteriores, ella necesita luchas en un mundo que parecería no estar ideado para mujeres teniendo el podre de una emperatriz, zarina como se le dice constantemente. Siento que es la que mejor visión tiene sobre lo que desea hacer con su favorable cargo, no sé si más que Isabel I (Elizabeth) pero eso es lo que me parece,  hasta que lo logra:


“[…] Solemnemente entra en el palacio de invierno y recibe el juramento de fidelidad del senado. A los 33 años, Catalina II es soberana de todas las Rusias.”(p.144)


Su vida es tan apasionante y difícil que no es sencillo pensar en todo lo que tuvo que hacer, y no hacer, para llevar a Rusia al “mejor” momento de su historia. Digo mejor, entre paréntesis, porque no logra implementar realmente las ideas Ilustradas de su tiempo a su nación, y al final de su mandato les da la razón y privilegios destacados a los aristócratas, pero los trabajadores de los mismos no pierden su condición de prácticamente esclavos. Y aunque esto no deja de hacerla una de las grandes, con su carisma y poder ante los demás, tiene más que admirarse que despreciarse.


Pensar en una mujer del siglo XVIII, con una carga tan difícil, no es cualquier cosas, se necesita, como ella, un gran carácter, memoria, estudios, visión y poder de decisión para llevarlos a cabo. Los titubeos no eran una alternativa y mucho menos los sentimentalismos.

Estas reinas son un gran ejemplo de vida femenina, y más como nos las presenta Maren, la autora de este libro. Saber de la vida de estas mujeres hace que nos sintamos identificadas con ellas por el sólo hecho de ser mujeres, pero si el lector es hombre puede llegar a ver lo grande que pudieron ser y a la vez lo miserables. Esta lectura es una gran lección de vida, de poder, esplendor y de infelicidad también.[1]


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