domingo, 16 de junio de 2013

Exageración al extremo

Día 365+95
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.



Decía mi abuelita que sinónimo de ser pobre no es ser cochino, y yo diría que sinónimo de ser rico no lo es de ser exagerado. A lo que me refiero es que así como tenemos la idea de que las personas con pocas probabilidades económicas suelen ser sucias, desordenadas, descuidas, también llegamos a creer que los ricos son todo lo contrario. Yo creo que todas estas creencias son sólo eso, creencias mal fundamentadas  porque no siempre las cosas se aplican de esta forma. Lo que sí creo  es que hay personas, con o sin dinero, que llegan a caer en la exageración extrema y absurda, como en la siguiente cita:


[…] A ver, levantad la ropa. Dejaron las sábanas al descubierto.
-Más, más, que se vea bien. Quitad las almohadas y las fundas. Levantad el colchón.
Dieron la vuelta a todo. La abuela lo examinó atentamente.
-Por lo menos no hay chinches. ¡Que quiten toda la ropa! Que pongas mis sábanas y mis almohadas […]” (pp.94-95)



¿No te parece pedantería total? Porque yo puedo comprender que las personas que son consciente de las enfermedad que pueden producir el uso de unas toallas mal lavadas, o acostarse entre sábanas con orines de ratas, decidan tomar precauciones al respecto, pero cuando toman medidas tan extremas como en el caso de la cita, entonces creo que ya no es cuestión como la anterior, sino pedantería que no tiene que ver ya el tener o no dinero, ser limpio o no. [1]
















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