Día 251
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Una mala costumbre,
que aún continúa vigente aún es este siglo XXI, es obligar a una joven pareja a
casarse por haberse “comido la torta antes del recreo”, como diríamos
popularmente. No pensaríamos que actualmente los padres tuvieran las agallas para
obligarlos a tal situación, pero pasa más de lo que nos imaginamos. Se cree que
al despojarlos de la casa materna, por arte de magia se volverán “responsables”
de sus actos, siendo que la realidad es muy distinta. Si son unos padres extremistas
lo llevarán hasta las últimas consecuencias, pero si son semiduros, entonces sólo
será algo aparente porque más temprano que tarde se harán cargo de los nietos.
“Si al final eligió
al noveno no fue tanto porque fuera de todos el más varonil, sino porque, cuando
ella le susurró al oído <<¡ten cuidado, ten mucho cuidado¡>>,
mientras hacían el amor, él, intencionalmente, no tuvo cuidado y ella tuvo que
casarse a toda prisa con él […]” (p.46)
La cuestión no es el
acto sexual mismo, sino el por qué no se tiene las precauciones necesarias para
evitar la concepción. En el anterior caso el chico lo hace a propósito, pero la
chica confía demasiado en él, prácticamente deja el destino en sus manos.
Así que creo que
muchas de las situaciones que actualmente culminan en boda, son por casos muy
similares al anterior. Las chicas no toman las riendas en sus manos, y por el
motivo que sea, creen que ellos son los que tiene que tomas la iniciativa.
Aunque también hay casos al revés, en donde los chicos “creen” que la chica es a
la que le atañe cuidarse.
Entiendo que toda acción tiene una consecuencia (aunque sé que hay casos especiales), pero si
no entendemos la dimensión de ellos, por nuestra edad, situación económica, social o psicológica, difícilmente podremos tomar cartas en el
asunto: prevenir antes de lamentar. [1]
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