Día 257
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.
¿Cuál es el valor que
tenemos como especie y como sujetos? ¿Es lo mismo amar a una mujer en especial,
que amar a las mujeres? Si pensamos en el valor que le damos a las cosas y a
las personas, seguramente estaríamos de acuerdo en decir que no le damos el
mismo valor de persona a persona, a lo mismo.
“[…] No decía:
valorar a Marie-Claude, sino: valorar a la mujer que hay en Marie-Claude” (p.92)
Se me vino a la mente
los derechos humanos. Si pensamos que por el sólo hecho de ser persona tenemos
derechos básicos, como el de la vida, podemos entender que sea quien sea,
presidente, niño, mujer, anciano, delincuente, bancario, doctor, drogadicto,
etc. Debe ser respetada su garantía individual, pero no quiere decir que
forzosamente se le dé un valor como sujeto, por ejemplo a un violador.
Si pensamos en la
cita anterior podremos entender un poco mejor esto: un esposo valora a su mujer
no por lo que es, por ella misma, sino sólo por el hecho de ser mujer, una
mujer como aquella que lo parió. Así que nunca valorará o respectará a esa
mujer en especial, que tiene un nombre propio, sino a cualquiera que lo sea,
por el sólo hecho de serlo. Yo sí quiero que me valoren como ser humano, pero
que mi familia, y amistades también lo hagan por ser Ruth.[1]
[1] La imagen fue tomada de http://ramanujan25449.blogspot.mx/2012/10/virus-los-grandes-desconocidos.html
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