Día 290
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Zapata, Luis: El vampiro de la colonia Roma
(Las aventuras, desventuras y sueños de Adonis García),
México, Debolsillo, 2012.
Zapata, Luis: El vampiro de la colonia Roma
(Las aventuras, desventuras y sueños de Adonis García),
México, Debolsillo, 2012.
Convivir, platicar,
compartir ¿deseo de toda relación amorosa? Las que son unidas por verdaderas
intenciones, claro que sí, pero no siempre es así. No sé si en mayor o menos
medida, pero las relaciones “amorosas”, las que son o deberían ser la base de
la sociedad, no están siempre fuertemente cimentadas y por ello se rompen rápidamente,
al primer temblor, en la primera crisis.
“[…]
como se siempre al estar mal físicamente o estar jodido económicamente te
chinga otros aspectos de tu vida te
chinga en tus relaciones con los demás ¿no? […]” (p.73)
¿Qué te une a tu
pareja? ¿El cariño, la costumbre, la admiración, la compasión, el dinero, el
amor? ¿Por qué decidiste estar con esa persona? Si hablamos de una relación joven,
cuando se es inexperto y con deseos de conocer a otras personas, es muy
probable que cualquier cosa sea un pretexto para terminar la relación; pero si son
personas “adultas” entonces la cosa cambia, se debería esperar decisiones maduras
que no estuvieran basadas en el dinero ni mucho menos en la integridad física, donde
la pareja no se debería despreciar sino acompañar y apoyar. Por desgracia esto
no siempre es así.[1]
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