Día 340
Comentando lo que me
despierta la lectura de:
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
Saramago, José: El hombre Duplicado, (Trad. Pilar del Río)
Madrid, Santillana ediciones (Punto de lectura), 2007.
La búsqueda de la
identidad es en lo que me hace pensar la cita del día de hoy. Cuando somos
niños jugamos a ser doctores, policías, bomberos, militares, dentistas,
cajeros, amas de casa, cantante, etc. Pero esto es sólo eso, un juego que en la
mayoría de las ocasiones no determina a lo que realmente nos dedicaremos el resto
de nuestros días. Se supone que es en la
pubertad, en el momento en que se empieza querer comerse el mundo, cuando
buscamos y probablemente encontramos
nuestra identidad.
“[…]
a veces tengo la impresión de no saber exactamente lo que soy, sé quién soy,
pero no lo que soy, no sé si me explico […]” (p.78)
Pero ¿qué pasa si
somos adultos, tal vez hasta ancianos, y sentimos lo mismo que nuestro
personaje de la anterior cita? Si pudiéramos
hacer una encuesta de cuántos adultos saben, están convencidos y reconocen
plenamente lo que son ¿crees que sería la mayoría o la minoría los que lo
saben? Y ¿cómo saber que sabemos lo que somos? Tal vez muchos ni siquiera se hagan
estas preguntas o nunca sabrán lo que son. Yo aún no lo sé, pero sé que algún
día lo sabré. ¿Y tú?[1]
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