sábado, 29 de junio de 2013

Fin de El jugador

Día 365+108
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Dostoievski, Fedor: El Jugador. (Traducción del Ruso: José Jaín Entralgo) España, Biblioteca Básica Salvat, 1969.





Este libro del jugador, como es de imaginarse, me ha hecho pensar mucho sobre cómo es una persona adicta a las apuestas. El ambiente que se vive dentro de un casino es retratado de forma magnífica por su autor Dostoievski, a tal punto que aún, como es mi caso, sin conocer uno se logra sentir la adrenalina que viven los jugadores y los espectadores; y como es que todo este ambiente toca las relaciones amorosas, familiares y entre amigos a tal punto que son dirigidas por las apuestas mismas.


“[…] ¿Es que no comprendo yo mismo que soy un hombre perdido? […]” (p.189)



Un hombre, o mujeres, que tiene cualquier tipo de adicción está perdido en cierta medida porque no es posible que encuentre una salida a su problema, que termina siendo un problema no sólo para él sino para todo el que lo rodea, y que por este motivo se termina regularmente solo.
Un gran libro que leer, que no sólo termina describiendo el perfil del hombre ruso, inglés o francés, sino de cualquier nacionalidad que está enganchado por el vició de las apuestas.[1]















[1] La imagen fue tomada de http://www.mipokeronline.net/page/10

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