Día 365+129
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.
Cuando
estamos solteros y andamos en busca de un prospecto, aunque también hay quienes
aún estando casados lo hacen, salen muchas posibilidades que se encuentran en
las fiestas, los antros, el super, etc. Y sólo es cuestión que nosotros nos
decidamos a intentar salir, o ir más allá, con alguien para que suceda. Pero
esto no es tan fácil como parece, porque al juntarse una serie de sentimientos,
deseos o temores no siempre se da ese paso, o de plano hay ocasiones en donde
en realidad no es lo que se busca en ese momento de la vida.
“[…] Al cabo de unas pocas visitas a los clubes
preferidos de Ataúlfo, las chicas, que al principio me hacían sugerencias
eróticas, dejaron juiciosamente de verme, y se limitar a mantener conmigo estas
conversaciones que solían versar sobre los libros que yo llevaba bajo el
brazo[…]" (p. 54)
Si
deseamos una pareja y llegan las posibilidades, bien recibidas; pero si no es
así, dichas oportunidades se van cerrando con sólo no dar pie a que continúen.
El ejemplo de la cita es el más ilustrativo en este caso, porque después
convivir con alguien y no dar señales de interés, más que como conocidos, llega
el momento en que la insistencia para y se pasa a otros planos que no son
sentimentales y mucho menos sexuales.[1]
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