Día 365+175
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
El tratar de definir qué es el hombre y la mujer, no se limita
sólo al plano anatómico, sino al ámbito social, político, económico, etc. Es un
tema complejo y delicado de tratar por separado, o sea al tratar de definir a
cada uno de estos, imaginemos lo complejo que se vuelve al tratar de entender
las relaciones que se dan entre ellos. Algo que es evidente, desde los años
cincuenta cuando se escribió este libro hasta las fechas actuales, es que esta
relación no es en un plano de igualdad, es evidente el dominio de los hombres
sobre las mujeres. Pero ¿quiénes son los ideales para tratar de solucionar este
problema?
“Pero,
entonces, ¿cómo plantear la cuestión? Y, en primer lugar, ¿quiénes somos
nosotros para plantearla? Los hombres son juez y parte; las mujeres, también.[…]”
(p. 29)
Cuando uno es parte de un grupo, en este caso yo que soy
mujer y pertenezco a este género, ¿hasta qué punto puedo tratar este problema,
que mencioné arriba, con objetividad e imparcialidad, ya que estoy dentro del
dilema mismo? Es difícil poder dar una solución a un problema como este, siendo
los jueces y partícipes en el mismo, porque cabría siempre la dudad que podamos
ser verdaderamente imparciales. Así que la pregunta de ¿quién es el más apto
para opinar y dar soluciones sobre el problema que padecen muchas mujeres?[1]
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