Día 365+218
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
¿En qué momento
empezamos a ser seres con un alma?¿Desde el momento en que somos un
espermatozoide y un ovulo? ¿Cuándo se da la fecundidad?¿En el momento en que
empieza a latir el corazón?¿Cuando tenemos sistema nervioso? Estas y muchas
otras preguntas han sido motivo de discusiones y gran parte de sus respuestas son
la clave que nos lleva a otra discusión que aún sigue en debate: el aborto. No
olvidemos que el aborto es legan para el Distrito Federal desde hace muy pocos
años (no recuerdo si dos o tres como máximo)
cosa que no se extiende a lo largo y ancho de la república, porque hay
aún estados en los que es penalizado. Pero regresando al
tema de en qué momento tenemos alma, es interesante la manera en como lo maneja
Simone de Beauvoir, veamos porque:
“Ha sido el
cristianismo en que ha trastocado en este aspecto la ideas morales, al dotar de
un alma al embrión; entonces el aborto se convirtió en un crimen contra el feto
mismo. […] Se plantea, no obstante, una cuestión que fue objeto de infinitas
discusiones: ¿en qué momento penetra el alma en el cuerpo? Santo Tomás y la
mayor parte de los autores fijaron la animación hacia los cuarenta días para
los niños y hacia los ochenta para las niñas, entonces se introdujo una
distinción entre el feto animado y el feto inanimado.[…]” (pp.112-113)
Ella nos muestra
cómo ha sido tratado el tema del aborto a lo largo de la Historia y, como lo
pudimos leer en la cita, como es que el cristianismo maneja la noción de alma;
ella misma nos dice que el cristianismo no ha seguido al pie de la letra lo que
sus padres han dicho, uno de ellos es Santo Tomás, porque si fuera así se
tendrían en consideración los días que se menciona en la cita para realizar un
aborto. Esta discusión sobre el alma es algo que aún está en voga, pero no ha
sido la base para que se legalice el aborto, se ha recurrido a las
explicaciones científicas y no a las religiosas.
Creo que es aquí en
donde se puede entender mucho del descontento de un gran número personas porque
al ser la sociedad mexicana muy creyente se siente agredidos, aunque las
generaciones recientes poco a poco van perdiendo este sentir religioso.[1]
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