Día 112
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
Elizondo, Salvador: Farabeuf. México,
FCE, Colección Popular (Séptima edición), 2009.
Elizondo, Salvador: Farabeuf. México,
FCE, Colección Popular (Séptima edición), 2009.
Cuando se es niño, se está a la
mirada, a la vigilancia de un mayor, la autoridad. Esto nos hace portarnos “bien”
porque estamos observados. Y ¿cuándo somos adultos?:
“Hay miradas que
pesan sobre la conciencia. Es curioso sentir el peso que puede tener una
mirada.[…]” (p.27)
Cuando
somos adultos nosotros somos nuestro propio vigilante. Ya no necesitamos tener
a nuestras espaldas a alguien que nos esté supervisando las veinticuatro horas
del día, porque nuestra querida conciencia nos vigila. Por ellos creo que la
mira que pesa es esa mirada, tu propia mirada, que te reclama, te dice, te
vigila y te cobra la factura, es un peso moral muy pesado.
Pongamos un ejemplo: una persona que este
primero de julio de 2012 vende su voto, pensando que hizo el “negocio” de su
vida. ¿Qué pasaría con esa persona cuando se dé cuenta de que él, o ella, fue el único que actúo, dentro de
la ilegalidad, con palabra porque no pudo anular o votar por otra persona,
pensando que se daría cuánta su comprador y que tome conciencia que en realidad
lo que vendió fue su dignidad, su patrimonio, sus valores? ¿No crees que
sentirá el peso de su mirada? Si es una persona con valores, con dignidad,
claro que lo sentirá y seguramente pedirá con vergüenza, perdón ante sus
familiares y amigos; si es un tirano, un ladrón, también lo sentirá pero lo
ocultará, fingirá no sentir ese peso, pero más tarde que temprano le caerá,
porque la conciencia distingue entre la verdad, lo conveniente, lo adecuado
ante lo que no cuadra, lo que no es legal, lo falso. Y esa, la concia, es la
mirada que más pesa, la que no nos deja ni un minuto en paz. ¿Tú has sentido
ese peso de una mirada?[1]
[1] La
ilustración mostrada fue tomada de http://acertixo-extravaganza.blogspot.mx/2011/07/escepticos-sin-conciencia-epicureos.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario